Me quieren hacer creer que las arrugas las ganamos, que significan que he vivido, que me las merezco, son todas palabras ridículas, excusas para tratar de convencerse a uno mismo de que las arrugas no son tan malas.
La verdad es que las arrugas con un asco, y que la humanidad gasta más en generar potiches y porquerías que las eviten que en tratar de encontrar energías alternativas para cuando se acabe el petróleo.
Las arrugas son inevitables, y no hay argumento que las convierta en útiles, o que tengan que ver con eso que dicen que tienen la belleza de la fealdad.
Las arrugas son una sinalefa entre la juventud y la decadencia, es la forma en que el mundo te va eliminando como sujeto de una especie, equivale a una pausa versal, un momento en el que la naturaleza le muestra al sexo opuesto que ya no sos un proveedor de genes interesantes.
Cuando aparece la primera arruga, comienza el tiempo de pausas medias, de ambivalencia, ya no tenés tiempo para creer, porque lo primero que comienza a traicionarte en tu propio cuerpo es esa arruga que comienza a devorarse la cara y dejar el tictac del tiempo, a mostrar las imperfecciones de la memoria de la piel.
Las arrugas te toman, te colonizan, se quedan con tu cara, con tu cuerpo y vos pasás a ser un apéndice de tus arrugas, pasaste de mamífero a especie de sangre fría, como esas serpientes que mudan el cuero, sólo que en vez de emerger relucientes, aparecés cada vez más plegado, detrito, descomposición.
Somos una especie que nos vamos descomponiendo, pudriéndonos en vida, tal como una manzana abierta, expuesta a la oxidación.
No hay caso, las arrugas no son más que el modo en que el planeta te avisa que te está eliminando.
Qué importa qué haces cuando las arrugas están apareciendo, ya sos un elemento prescindible, y la naturaleza te lo va informando con esas notas en el espejo que te devuelve al extraño que va mutando dentro de sí, fermentándose, arrugándose.
Que me dejen de joder, las arrugas son el primer indicio de que te jodieron y que no hay nada que puedas hacer, luego, todo lo demás es asunto de menor importancia.